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Adiós a Tobe Hooper director de "The Texas Chainsaw Massacre" y "Poltergeist"

«Ya no saben asustar a la gente. Ahora te hacen apartar la vista de la pantalla», criticaba las producciones de terror más actuales el maestro del gore cuando se cumplían 40 años de la obra cumbre de Tobe Hooper, La masacre de Texas (1974).

El también director de Poltergeist (1982), falleció el sábado, por causas aún desconocidas, en Sherman Oaks, California, según ha confirmado el departamento forense de los Ángeles. Tenía 74 años y forma parte de la historia del cine por haber convertido el gore en género de culto, en pop.
Cuando La matanza de Texas se estrenó en 1974, el público se salía de las salas incapaz de seguir aguantando tanta violencia. Estuvo prohibida durante años en varios países. Cuando se proyectó en el Festival de Cine Cannes tras su restauración en 2014, el público la ovacionó, en pie, durante 15 minutos.
Hooper lo consiguió con poco dinero. Eran sus comienzos y lo que tenía entre manos, aparte de un presupuesto bajísimo, era una buena historia, real, que no hay nada que dé más miedo que eso: la del asesino en serie Ed Gein. Y la supo contar: sin monstruos ni florituras, a veces sin música, con una estética fea, fría. Solo violencia.

Unos actores casi desconocidos, a los que él mismo tenía que maquillar; una terrible ola de calor de aquél verano tejano de 1973 cuando se rodó, en la que “los huesos se cocinaban”, literalmente, recordaba hace unos años; y un rodaje complicado (27 horas para rodar una escena entre comida y animales muertos, heridas y golpes reales entre buenos y malos que tenían prohibido intercambiar palabras) fueron los ingredientes para el horror.

Una película pura con el estilo de Hooper cambió el cine de terror y sentó las bases para un nuevo subgénero que más tarde se llamaría slasher (un psicópata que acaba con todos, o lo que ya había hecho en Estados Unidos la Familia Manson, por ejemplo); que sirvió, además, para encumbrar a Leather Face como el más malo de los malos, como un icono del cine en general, lo mismo que ocurriría, una década más tarde, con Michael Myers, Jason Voorhees y Freddy Krueger. Solo que la máscara de Leatherface era (fuera de la ficción) de verdad, hecha con la piel de sus víctimas, y no soltaba su sierra mecánica cuando se trataba de cumplir las órdenes de la familia: matar. También las persiguió en la época de Voorhees y Krueger, porque en 1988 Hooper dirigió la secuela de aquella primera matanza.

Seis años antes había dirigido, junto a Steven Spielberg quien se acredito oficialmente como productor, Poltergeist, (hay quien dice que el director fue Spielberg y que le ofreció digirir ET) otra de las grandes del terror; e incluso probó la ciencia ficción con el remake de Invasores de Marte.

Hooper era en los 80 un director consagrado, pero no todo fueron altos en su carrera. Se le reprochó haber perdido la chispa de aquella obra maestra, y a partir de los 90 su nombre dejó de aparecer en los títulos de crédito. El terror estaba cambiando hacia algo menos realista.

Aun así dirigió varios capítulos de la serie Masters of Horror (a finales de los 70 ya había probado en televisión con la miniserie El lote de Salem basada en la novela de Stepeh King). Dejó su singular huella en el vídeo musical de Billy Idol, Dancing With Myself, de Billy Idol y protagonizó su propia novela, Midnight Movie.

El legado de "Leatherface" con la sierra motora continúa pues el pequeño film de culto ha inspirado infinidad de secuelas, "remakes" y "reboots".



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