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"Los Secretos del Poder" una mirada al periodismo y a la búsqueda de la verdad

Desde que se hicieron películas como “Todos los hombres del Presidente”, del director Alan J. Pakula, los guionistas han hecho hasta lo imposible por realizar películas cuyos temas giren sobre asuntos que tengan que ver con la política norteamericana. Al parecer, en este milenio lo están consiguiendo.

Ahora hemos visto una cinta que, sin alcanzar el nivel de casi ninguna de sus predecesoras, es, de todos modos, interesante y denunciante. Tres guionistas se han unido para crear esta historia que, para que vean cómo son las cosas en ocasiones en USA, viene de una serie de TV inglesa creada por Paul Abbott.

Matthew Michael Carnahan, Tony Gilroy y Billy Ray han extractado la temática de la serie y nos ofrecen la historia de Cal McAffrey, un periodista profesional de esos que todavía cree que para que algo interesante llegue a los ojos de los lectores debe ser a través de un diario impreso, no gracias a la Internet.
Ben Affleck es el congresista Stephen Collins quien se ve en el ojo de la tormenta
McAffrey, quien se ve mezclado en un asesinato, luego en un aparente suicidio y más adelante en otro asesinato y, en esa investigación que él ejecuta en principio de manera mecánica aunque profesional, al percatarse de que incide directamente el tal “suicidio” con un amigo ahora representante ante el Congreso decide entonces cooperar con una joven periodista que escribe un “blog” para Internet para su mismo diario, para ir desenredando ante nuestros ojos, ya más que atrapados por la sugestiva trama, un siniestro complot que envuelve a una serie de agencias que rentan sus servicios al Estado norteamericano.

Por supuesto, aunque esa organización tiene un nombre en el filme, resulta claro como el agua que se están refiriendo a esa que sonó, y no de buena manera, durante la guerra de Irak, y que fue acusada de asesinar a civiles de manera indiscriminada.
Della Frye (Rachel McAdams) es una periodista novata a la que Cal toma bajo su tutela
Esos mercenarios, como es natural, ganan mucho más dinero que los soldados profesionales, y no tienen sobre ellos la vigilancia que ejerce (cuando le viene en gana) el ejército: matan por dinero, no por deber.

No podemos seguir más adelante, pero la historia nos reserva en su parte final una especie de “twist” que resulta sorprendente. La idea clave es la política, pero, sobre todo, los grandes nombres de la política.
Cameron Lynne (Helen Mirren) es la estricta editora y jefa de Cal (Crowe)
Es por esa razón que, durante el relato, se hace hincapié en el nombre de un edificio donde residen implicados: Watergate, en clara referencia a la mencionada cinta de Pakula que sirve de modelo a la historia escrita para este filme, que, aunque al presente no posee la fuerza ni la trascendencia de aquel film protagonizado por Robert Redford y Dustin Hoffman.

De todos modos está muy bien llevado por McDonald (quien ya tuvo su experiencia al llevar la vida de Idi Amin con “El último rey de Escocia”), con una edición de gran fluidez, muy buena musicalización y actuaciones relevantes en especial de Russell Crowe, Helen Mirren y Jason Bateman. Ben Affleck, Rachel McAdams, Robin Wright Penn y Jeff Daniels, correctos.

En resumen una cinta de gran calidad para aquellos que buscan un drama inteligente con poderosas actuaciones.

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